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Carlos Rodríguez

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Según me han comentado cientos de veces “Carlitos”, desde muy pequeño, tenía claro que quería ser veterinario… Concretamente, el niño que un día fui, decía que quería ser “médico de animales”; esa temprana certeza profesional, solo se vio “oscurecida” por el pensamiento, fugaz, de hacerme cura. Lo que parecía estar claro es que mi intención era salvar, o vidas, o almas.

El paso del tiempo, el conocimiento de los diversos seres vivos del entorno (perros, gatos… chicas…), me decantó, definitivamente, por la salvación de vidas, de vidas de animales irracionales.

Tras el obligatorio peaje de la Enseñanza General Básica, del Bachillerato Unificado Polivalente, del Curso de Orientación Universitaria y del colofón de La Universidad, “Carlitos” era, por fin, licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid.

Tras licenciarme volví a las aldeas gallegas comprendidas entre La Gudiña y La Rúa, donde se gesto gran parte de mi interés por los animales y la naturaleza. Fueron unos meses duros, en los que al principio esperaba que me llegara algún aviso y que, en pocas semanas, se convirtieron en jornadas en las que deseaba que no entrara ni una llamada más…

En aquel tiempo me di cuenta de lo importante de mi profesión para la gente que vive de los animales. Si el ganado moría, no podían alimentar a sus hijos… Allí, el perro era un “instrumento” más de trabajo… y el gato, casi ni eso.

Después de seis meses de agotador tránsito por las aldeas de la zona, entré en el equipo de veterinarios de una importante empresa del sector lácteo español. Realicé mi función con la mayor dignidad durante tres años empeñado en que el eslogan publicitario de la empresa continuara siendo una realidad.

Pero por azares de la vida, y por mi primer contacto con la televisión (fui concursante del Un, dos, tres… ¡¡Carlos y Celia, novios y residentes en Madrid!!), conseguí un buen pellizco, un dinero que me permitió adquirir parte de una clínica veterinaria de pequeños animales.

Al mismo tiempo que desarrollaba la actividad profesional, de nuevo el azar me llevo a ponerme frente a un micrófono de radio. Dos días a la semana tenía un programa en Onda Mini, una emisora de la que nacería Europa FM.

Volviendo al terreno animal, pasé a compartir mi labor profesional en una clínica situada el Torrejón de Ardóz, en Madrid, en la que ofrecíamos servicios veterinarios al propietario de un animal de compañía y a un gran número de protectoras de toda España.

Entre tanto me nombraron asesor de la consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, y ya no recuerdo los años que llevo formando parte del Consejo de Protección Animal de dicha comunidad… Gracias a ellos, creo, sinceramente, que en Madrid, la protección animal es un punto de referencia.

Mi paso por el Un, dos, tres y el conocimiento del “Dios” de la televisión, Narciso Ibáñez Serrador, aclaró mis dudas… La tele era un medio fundamental para hablar a los propietarios de animales. Estuve al lado del mago, Chicho, como asesor veterinario en Waku Waku en la última etapa del programa, llamada Jimanji Kanana, también tuve una sección de cara al público. Mi paso por este programa ayudó a que firmara mi primer libro, Más que amigos.

Durante ese tiempo no dejé de participar en otros programas: en Planeta pirata dentro del Club Disney de Telecinco, presentador del concurso Animaladas en el club Megatrix de Antena 3, en Irma de tarde en Castilla la Mancha televisión (tres maravillosos años…), en Abierto por la mañana de Telemadrid…

Tras todas esas colaboraciones, dirigí y presenté el primer programa completo de mi carrera televisiva: El mundo del perro, en Canal 7; esta experiencia me permitió darme cuenta de que con pocos medios, con buenos compañeros y con mucha ilusión, se puede llegar a tener un buen programa de televisión.

Después llegaron el programa De Mascotas, para el canal De Casa, y fui director y presentador del programa Como el perro y el gato (¡¡80 capítulos!!), para Neox; Tus mejores amigos, una gala especial de Navidad para Telemadrid y Ládrame mucho, un programa concurso que se emitió en Antena 3. Luego llegaron, Pelo, pico pata edición Mascoteros y colaboraciones en Espejo Público y El Intermedio.

Entre tanto la colección de libros que llevan mi nombre ha ido en aumento. Ya habían salido a la venta Mi perro, sus amigos y yo, una recopilación sobre animales de compañía, y ¿Qué le pasa a mi gato?, escrito junto a mi amigo y veterinario, Santiago García Caraballo. Después llegarían el libro Primer cachorro, primeras preguntas… y hasta un cuento: Los García y compañía, de vacaciones, ¡¡entrañable!!

De igual forma mi camino en la radio ha seguido: de Onda Mini a Europa FM, de Europa FM a Radio Voz, De Radio Voz a Onda Madrid, y de Onda Madrid, a “mi casa”, Onda Cero… En ella ya llevo quince años entre pitos y flautas, un tiempo en el que lo único que ha cambiado ha sido el nombre del programa, de Ládrame mucho a Como el perro y el gato. Aquí todos los fines de semana, un equipo de amigos y excelentes profesionales, pasamos una hora, de tres a cuatro de la tarde, charlando con más de 300.000 amigos… ¡¡una pasada!!

Lo bueno del trabajo en los medios es que conoces a mucha gente excelente. Por ejemplo, cuando estaba en Europa FM, conocí a los responsables de una revista, ya desaparecida, Cachorros y mascotas, que me propusieron encargarme del consultorio veterinario de la publicación… Esa propuesta se transformó en cuatro años de trabajo, en los que al final, escribía una gran parte de los contenidos de la revista.

Con su desaparición, “me acogieron” en El mundo del perro, editorial que también editaba El mundo del gato, con ellos lo aprendí todo del mundo editorial… Fueron unos grandes maestros.

Durante ese tiempo también me enfrenté a la elaboración de una revista para una entidad de protección, El Arca de Noé. Y como siempre, dimos un paso más… Se nos dio la oportunidad de hacer nuestra propia revista, Mascotas, una criatura de la que siempre me sentiré orgulloso.

Pero también he escrito para diarios nacionales. Durante un intenso año me encargaron la redacción de una página semanal en el dominical de La Razón. Aparte de la gratificante experiencia, dos de los textos publicados fueron premiados por la Real Sociedad Canina de España. Y desarrollé mi trabajo en el diario más leído de este país: 20 minutos. Un consultorio que estuvo activo durante casi dos años…

Entonces nacieron mis dos nuevos cachorros literarios, El encantador de perros, para El País. Y su colega El encantador de gatos. Después han llegado, “ “ y “ “ que son dos textos creados en colaboración con Forges, por los que me pudiste ver en la Feria del Libro de Madrid. Y el último ejemplar es Yo y otros animales, un relato autobiográfico en el que cuento mi experiencia con los peludos que han pasado por mi vida.

Es lógico que, “como padre”, solo pueda decir cosas buenas de las criaturas, pero, es que de verdad, estoy muy orgulloso de todos.

Después de tanto tiempo en los medios de comunicación di mi salto a Internet. De mi primera colaboración en la edición de la web de El mundo del perro, hace muchos años; pasando por la emisión del programa de televisión online Como el perro y el gato, ¡a la creación de mi propia página web!

Con todo esto no queda mucho más tiempo en mi día a día pero siempre he sacado hueco para la música. He ido pasando por varios grupos, pero en la actualidad me quedo con el placer de componer. Eso sí, no desaprovecho una oportunidad de poder tocar con el incombustible Mario Más.

En mi experiencia lejos de los medios de comunicación, fue un orgullo inaugurar en 2012 un parque canino con mi nombre en El Casar. Un terreno de 4.500 metros cuadrados para que los perros de todos disfruten de la naturaleza libremente.

E igual o más orgulloso estoy del Centro Veterinario Mascoteros de Rivas Vaciamadrid que abrió sus puertas en junio de 2014. Para mí un maravilloso lugar que representa mucho de lo que he conseguido en esta vida. Donde día a día recibimos a seres maravillosos, de dos y cuatro patas. Donde continuamos luchando por la protección animal.

En esta web continuaré informándoos de mis próximos movimientos. Ésta es mi casa y la casa de mis amigos. Si quieres formar parte de ellos, regístrate. Aquí te espero.